viernes, 3 de septiembre de 2010

Una cuestión de Identidad. Dante López

América Espírita – Ano XII – Nº 141 – Setembro 2010.
Boletin Informativo de la Confederación Espirita Panamericana.

Dante López
Presidente de la Confederación Espírita Panamericana

Por estos días hemos sido convocados por los amigos de CEPA Brasil para discutir acerca de la Identidad del Espiritismo, algo que en cierta manera nos preocupa a todos.

A los espíritas nos gustaría que el Espiritismo adquiera ese papel de reformador moral de la humanidad con la que soñaron los Espíritus con Kardec, pero parece que no será así. Tal vez debamos conformarnos a que es sólo una de las vías para que la Espiritualidad llegue al ser humano. Pero entonces deberíamos preocuparnos por lograr que el Espiritismo sea, por lo menos, un factor de desarrollo en los mismos espíritas, para que se transforme en una muestra de cómo puede cambiar la conducta humana cuando se comprende que cada uno es dueño de su propio destino.

Parece que es inevitable que al Espiritismo se lo vea desde el ángulo que cada uno quiere verlo, entonces algunos espíritas le agregan nombres propios como adjetivos, para llevarlo hacia donde ellos quieren. Pero el Espiritismo es solamente Espiritismo, y será lo que los espíritas podamos hacer de él, tal como sintetizó León Denis.

“Es la Ciencia que trata del origen y destino de los espíritus, y de su relación con el mundo corporal” ¿Qué más? ¿Qué menos? Sólo eso, lo demás son cuestiones de formas, de agregados culturales, que serán válidos para quienes lo necesiten.
Entonces para que el Espiritismo cumpla el papel que le podamos dar los que lo comprendemos y valoramos necesitamos trabajar en su Identidad Interna, hacia las familias espíritas, hacia la niñez y la juventud de esas familias, para que el efecto multiplicador de miles, tal vez de millones de espíritas en el mundo enarbolen la bandera de un Espiritismo a secas que cumpla la noble función de hacer más felices a las personas.

Estudiar la Doctrina, profundizar en sus consecuencias morales, conseguir métodos confiables para la comunicación con los espíritus, mejorar la calidad de vida de las personas, las familias y las comunidades en las que viven, ése puede ser un comienzo que transforme la Identidad del Espiritismo. Para que dejen de conocerlo por el fenómeno y comience a ser conocido por su potencialidad como transformador de la conducta humana.

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